sábado, diciembre 20, 2008

Rìo de Estrellas


Los sabios aymaras y quechuas dicen que en el cielo está la rueca donde se teje nuestra vida. Su hilo estelar cruza desde el norte hasta el sur y, por su brillo, devela los misterios de nuestra existencia. “El problema es que nadie quiere mostrarla”, señala Manuel de la Torre, astrónomo y meteorólogo de la Universidad de San Andrès, Bolivia. Es que hay una creencia de que si el observador ve el hilo cortado en ese año se muere. Y es por esa tradición que algunos conocimientos permanecen en la nebulosa de la galaxia.

Estos y otros conceptos vinculados a los astros fueron desarrollados en un taller de astronomía y cosmovisión andina en la ciudad turìstica de Copacabana en diciembre.

Se puede definir la cosmovisión andina como la relación del cielo y su contenido, con el hombre. La observación de estrellas, por lo tanto, tiene una aplicación práctica en la vida cotidiana, en la ubicación del tiempo y del espacio. Sobre todo es vinculada con los ciclos agrícolas. En este momento del año, por ejemplo, cerca de la Cruz del Sur se encuentra la constelación “ojos de la llama” que por su brillo indica còmo será este perìodo de lluvias que cubre a todo el territorio andino.

Otra de las constelaciones mas bellas, que se corresponde con Aries, es para los aymaras “El árbol”. Este representa a la familia de quien lo observa. En el tronco del árbol hay una rama desgajada que cuando brilla mucho muestra problemas en la familia o que, según de la Torre, “algún integrante no esta haciendo las cosas bien”.

“Los jóvenes miran las luces de la ciudad, ya no se guían por las estrellas”, se lamenta el astrónomo como contemplando a esa ramita que debe integrarse a las costumbres de las familias indígenas.

Sin embargo el conocimiento ancestral se sigue enseñando en los pueblos, donde el Wara Wara Jawira, el Río de Estrellas de la Via Láctea muestra el camino de la visión que permanece intacto, como hace cientos de años, para ser descubierto por las nuevas generaciones.
Info sobre la Chacana, todo un simbolo de la Cosmovisión Andina

jueves, diciembre 18, 2008

Abuelos sabios





El miércoles 17 de septiembre el pueblo de Charazani vistió sus angostas callecitas con aguayos y flores para recibir al Tercer Circulo Sagrado de abuelos y abuelas sabios del planeta. Los mayores y peregrinos llegaron de diferentes paises (México, Guatemala, Estados Unidos, Brasil, Australia, Argentina entre otros) para compartir cinco dias colmados de saberes, trabajos fisicos y espirituales y, por supuesto, innumerables bendiciones. La ceremonia de apertura comenzó con el saludo a las seis direcciones, para avisar del inicio de la jornada al Tata Inti, a la Pacha Mama, al abuelito Wayra y a todos los dadores de vida que los acogieron en Charazani, cuna de la medicina Callahuaya.

Luego de un viaje de seis horas desde La Paz, entre montañas y nubes, todos fueron a descansar con la certeza de que en los siguientes días los esperaría una intensa pero una hermosa jornada.
El jueves 18, aún de noche, los ojos se abrieron en respuesta al despertador mas bello que existe, la trutruka (o kul kul) que llamó para ir a saludar al sol en ceremonia. Luego de un purificador baño termal, la cancha de fútbol fue el sitio de encuentro. Una rueda inmensa de peregrinos de diversas latitudes rodeaba al fuego sagrado traido especialmente por los abuelos desde Tiwanaku, origen de la civilización incaica. Muchos eran peregrinos ávidos por saberes medicinales, de plantas curativas, algo que cambió en el transcurso del encuentro. En ese momento todos compartieron las plegarias de Vidal, el abuelo de Ollantaytambo que presidió el círculo este año luego del primer circulo en su país y del segundo en Tilcara, Argentina. Rezos por la salud del planeta, luz para que los gobernantes sigan el buen camino para los pueblos, sabiduría ancestral para las nuevas generaciones. Que la música no tiene fronteras, todos los saben pero lo curioso fue como se manifestó. El abuelo invitó a todos a cantar y, frente al silencio de los presentes, entonó, para el asombro de los ritualistas unas estrofas de “Y dale alegria a mi corazón”.

El Tata Inti comenzaba a bajar para llenar a los presentes de luz mientras que tocaban los sikuris. Todos en fila lo esperaban con las manos abiertas al cielo. Los sikuris del grupo Carnaval de Puno traían al espíritu de la comunidad en el baile donde todos fuimos uno, en una inmensa ronda. Todo era alegria y agradecimiento por los aprendizajes de los abuelos. Sólo bastaba con ver a la abuelita Matilde de Oruro de 97 años, para aprender con mayusculas; era la primera en salir a bailar, cual margarita quinciañera comenzaba la rueda y todos la seguían felices.

“La principal medicina es la que cura el corazón”, recordó el abuelo Vidal y todos lo vivaron al grito de “Jallalla” (larga vida en quechua-aymara) y ya no hicieron falta mas palabras sino las ganas de recuperar aquellos saberes que ancestralmente todos llevamos dentro.
Luego, entre los jovenes se eligieron los guardianes del fuego, aquellos nueve que serian los encargados de soñar los proyectos e ideas de los abuelos por la noche.

Viernes 19
A las 7 de la mañana los peregrinos fueron a un pueblito Niño Corín (Niño de oro) a dos horas de caminata para hacer un trabajo comunitario y de alguna manera donar el tiempo como retribución a tanto cariño de los abuelos y la gente del pueblo. Atravesaron la montaña y en la cima los esperaba una pequeña iglesia que tenía como fondo los picos nevados del Kamani. La tarea consistia en levantar piedras y hacer unos cabildos. Un par de cóndores recibieron a los peregrinos que llegaron cansados pero con el corazón abierto. Para algunos conocedores, en ese momento se abrieron puertas a traves de un arcoiris redondo que rodeaba al sol, para otros como los Aymaras, en cambio simboliza algo que no se completa, un obstáculo. El trabajo fortaleció cuerpos y corazones.
Luego hubo una maravillosa ceremonia de mujeres interrumpida solo por el vuelo de algunos condores guardianes que se dirigían hacia el sur a la vez que mostraban la dirección del próximo encuentro; la comunidad mapuche de Chile.

Las mujeres continuaron en circulo a la noche unidas por el fuego sagrado que todo lo transforma, en un momento muy especial; compartiendo sus dolores, alegrías, y lo mas importante los consejos y enseñanzas de las abuelas; Margarita de México y Rosa de Chile (compartiré de corazón mis anotaciones con las mujeres que soliciten la información por mail.)
“…Por que si despiertan todas las mujeres irán recobrando sus grandes poderes”, cantó una bella mujer de Colombia. Y el círculo femenino continúo el sábado 20 y las actividades en las que se vivenciaban las tres consignas del encuentro: Conexión, Alimentación, Purificación y fortalecimiento.

Domingo 21
El Circulo comenzaba a cerrarse pero en espiral. El abuelo Kenko de Perú expresó; “hemos recibido tanta maravilla en estos días que debe multiplicarse”. Recordaron que todos los jueves a mediodía, estén donde estén, se puede orar por el bien y la salud del planeta como una manera de unir fuerzas. La ceremonia de cierre en un cerro y el atapi (almuerzo comunitario) marcaron el momento del regreso. La música y el baile siempre presentes eran el fondo de escenas de abrazos e intercambio de mails. “Sigamos así que todos estamos curados”, dijo un peregrino. Y la ansiedad del saber terapéutico ya no fue tal. Y bailar en comunidad, ver y abrazar a la abuelita Matilde parecía ser la mejor medicina para los que respondieron al llamado del Gran Espíritu y de los ancestros que aún viven en nosotros.


sábado, diciembre 06, 2008

Diario de una caminante




"Una nota puede significar muchas cosas. Puede ser un mero dato adicional al texto o sólo una referencia esclarecedora en los márgenes. Pero el observador atento investiga una marca mínima, casi invisible; idea que llama a otras ideas, una huella interminable que convoca a seguir en la búsqueda de otros mundos y sentidos."

Asi comenzaba hace años Notas al Pie y hoy se reinicia, se recrea en un nuevo viaje en forma de diario.

Porque una nota puede abrir puertas hacia la experiencia de otras culturas, llamar a la memoria de la sabiduria ancestral, unir al águila y al cóndor, desandar caminos y andar otros.



"Su existencia es para el que lee o mira, para que éste luego las extienda, recuerde o critique. Ese diálogo, que guarda el origen de la comunicación, une a cada una de sus formas sea visual, oral o escrita.." Es por eso que Notas al Pie intenta ser sólo una huella, como la que marca el andar lento y constante del caracol que siempre va con su casita a cuestas.

Los invito a acompañarme en este maravilloso viaje!